Día extraño. Recuerdo que, hace tiempo, dos años ya casi, hizo un día similar al que ha hecho hoy. Así, nublado, gris, nostálgico, sin llegar a llover, pero sin hacer sol del todo. Fue el día en que más me comporté con un verdadero romántico.
Estaba triste, lánguido, y harto de mi vida. Quería cambiar muchas cosas, pero no sabía por dónde empezar, así que decidí ir a recoger una orla que me había hecho de mi clase y quemarla. Sí, así, no sé por qué. Creo que vi reflejado en mi foto un niño que no me gustaba, y quería dejarlo atrás. Por lo que iba a ir al centro de Santander a recogerla del fotógrafo, y le pedí a una bella mujer que me acompañase. Me dijo que no sabía si saldría, que había quedado con una amiga. Pero, al final, esa amiga no quedó con ella, así que se vino conmigo.
Y cuando la vi... Oh, cuando la vi. Todos mis sentimientos se apaciguaron. Tristeza, rabia, frustración, desesperanza... Todo se apagó en el instante en que la vi y estuvo a mi lado. Sacó la mejor parte de mí, mi mejor sonrisa, mi parte más encantadora, mi mejor ingenio, y pasamos una tarde inolvidable. Tiempo después esa mujer acabaría convirtiéndose en mi novia. La única que he tenido en esta vida, a pesar de que haya intercambiado palabras de amor con alguna otra. Y fui feliz con ella, no lo voy a negar, pero lamento que tuviese que soportar la peor parte de mí, la parte insegura y sin confianza que quedó atrás hace un tiempo, no muy lejano, que ya no me atormenta, pero que me consumió una temporada, y aquella relación.
Sin embargo ya es tarde para nosotros. Sea como sea, yo no estaba hecho para ella, ni ella para mí, y, hace unos días, le envié un mensaje de despedida como debería haberlo hecho tiempo ha. Espero que sea feliz, sea donde sea, sea con quien sea. Siempre la recordaré con amor, ternura, y con una sonrisa. La dejé ir hace un tiempo de mi corazón, pero no por ello dejé de tenerle cariño o respeto, a pesar de que hubo un tiempo en que quise odiarla, pero no pude.
Y, en fin, creo que ha sido la única mujer que me ha amado realmente, aunque no fuese tanto como yo a ella. Para las demás he sido siempre una ilusión, un capricho pasajero. Le costó mucho decirme: "te quiero", pero cuando lo dijo, sé que lo dijo desde el corazón. Y las otras que ha habido también, pero lo dijeron presas de un sentimiento efímero.
A veces me considero yo impulsivo, pero impulsivo es aquél que dice o hace las cosas sin pensarlas o sin estar seguro de ellas. Está bien ser atrevido y arriesgar, pero no ser impulsivo.
¿Cuánta gente se dice "te amo" sin sentirlo realmente?
"Te amo" no es lo mismo que "te necesito". La frase "te amo" esta infravalorada. Se usa con demasiada frecuencia, como la palabra "romántico".
Ese amor que te consume, que te obsesiona, que te hace sufrir, no es el verdadero amor. Sin embargo, somos adictos al sufrimiento, y a veces lo buscamos, y confundimos dolor obsesivo paranoico con amor.
El verdadero amor es el que no te ata, el que es sincero, en el que confías, en el que te entregas sin dejar de ser tú mismo, y en el que respiras aliviado y tranquilo al pensar en esa persona, en vez de con una presión en el pecho que te oprime y no te deja vivir en paz.
Pero ahora se usa "te amo" para todo. Para ese amor de una noche, para esa ilusión de una semana, o dos, para esa persona que te maltrata, pero que no puedes evitar "quererla" por ser adicto al sufrimiento.
Con el tiempo, esas frases dejan de tener significado. Cada vez me cuesta más decirlas, y cada vez las creo menos.
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