Guitarra

Llora, mi guitarra, llora las lágrimas que mis ojos no pueden derramar.

Trasciende con tu sonido las murallas del tiempo y quédate en un susurro perpetuo a mi lado.

Que yo aún no sé llorar como realmente un alma llora, pero que, si tú me lo permites, lloraremos juntos.

Expresaré mis sentimientos mientras te rozo con sutileza para hacerte sonar. Aprenderé a decir "te quiero", a decir "no puedo estar contigo", y "perdón" de otra forma con tus cuerdas y acordes, y tú aprenderás a comprenderme y a refugiarme en tu melodía eterna.

Observaremos a otros genios y absorberemos sus enseñanzas para una mejor comprensión del uno del otro.

Nos deleitaremos con armonías compuestas desde lo más profundo del alma cuyos sonidos crean imágenes, sentimientos, y lugares insólitos e inexpresables. Los tomaremos como parte de nosotros y le daremos nuestra propia porción de espíritu.

Seremos uno, nos uniremos, y podremos expresar al resto de la humanidad lo que realmente sentimos. Escucharán nuestra mutua alma, nuestros lamentos y nuestras alegrías, nuestras ilusiones y nuestras inquietudes, nuestro arrepentimiento y nuestro amor.

Oh, guitarra, enséñame a llorar...